Extraña época para el significante.

31 julio, 2012

Esta es una extraña época para el significante. Los significados andan cambiando pero, por razones de costos, el significante se sigue reutilizando y, con un poco de esfuerzo se adapta a las épocas.

Primero me llamó la atención la palabra «holocausto», que se refería, antes, a un sacrificio ritual en el que se quemaba al sacrificado.
Fue tan usada para referirse, casi justificando a Dios, al genocidio nazi, que a la Real Academia le pareció buena idea agregarle, en la última edición de su diccionario, una acepción nueva: «gran matanza de seres humanos».
La siguiente que me llamó la atención es «matrimonio», una palabra cuya etimología remite a el concepto, genéricamente femenino de la matriz o útero. Una palabra moldeada en los usos y costumbres de la religión. Una palabra que, sin embargo, las parejas homosexuales parecen necesitan, incluso, más allá del razonable reconocimiento de derechos civiles. Cuando me llamó la atención el asunto de la necesidad de usar la palabra para designar al contrato civil de una pareja homosexual terminé discutiendo con algún fundamentalista del arco iris que no pudo concederme que estábamos metiéndonos con cuestiones, quizás no muy pragmáticas, pero que afectaban a creencias de terceros porque se apoderaban del significante de su rito para designar, además, algo que no es compatible con su fe.
Como siempre, y del mismo modo en que un fundamentalista religioso, si pudiese se quedaría con tu prepucio por la fuerza, la ola multicolor, se apoderó de la palabra «matrimonio» y ahora ese significante abarca un significado, antes impensado. Debo, de todos modos, conceder que el asunto fue menos cruento que mojar, por sorpresa a un niño pequeño. Ni hablar del asunto del prepucio.
Hace poco descubrí también que «perpetuo», que antes se refería a algo que no tenía fin en términos del tiempo, ahora puede ser que aluda a un período de unos treinta y cinco años, lo que resulta en cierto reconocimiento de cuestiones de relativas a la falibilidad de la justicia y a la moderación de los daños que esta falibilidad puede provocar. Por otro lado le quita mucha presión a aquellos físicos que andan persiguiendo el movimiento perpetuo. Nóstálgicos siempre hay.
Hoy, finalmente, me enteré que «preso» ya no significa «privado de la libertad» del mismo modo en el que se lo explicaron al Conde de Montecristo. ¿Cómo saber si está bien que alguien que ha cometido un delito sea privado de su libertad de modo permanente o intermitente? ¿Cómo saber si llevarlo al cine a ver una película puede reintegrarlo de un modo válido a la sociedad? Por las dudas, el servicio penitenciario evitará la última de Nolan.
¿Cuál será la próxima porción de significante en adaptarse a los tiempos? Una cosa es cierta: seguro me sorprenderá.

One Response to “Extraña época para el significante.”

  1. Aitor González Says:

    La verdad es que no entiendo por qué se modifica el significado de las palabras, cuando hay otras palabras para explicar conceptos. Si la gente no sabe utilizar las palabras adecuadas, y sin embargo utiliza palabras que no son correctas, no es culpa de las palabras, no hay que tocar el significado de las palabras, sino ocuparse de su uso. Para mi, perpetuo siempre será perpetuo, preso será preso, y el matrimonio… Pues de esta no sabía su verdadero significado, sin embargo, el contrato civil siempre me parecerá irrelevante y un trámite innecesario..


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