La última escena del guión.

23 noviembre, 2019

Wandafuru raifu (1998) https://www.imdb.com/title/tt0165078/

Gordon Shumway, durante su estadía en este planeta, manifestó su asombro por un hecho que todos los terrestres naturalizamos: No conocemos con certeza el momento en el que ocurrirá nuestra muerte.

La biología de los nativos de Melmac, aprendimos de Shumway, en contrario sentido fija la fecha de deceso exactamente a seiscientos años a partir del nacimiento.

Tal cosa no es vivida con temor. Muy por el contrario, la certidumbre redunda en la inexistencia de angustia frente a la muerte.

La sorpresa de Shumway resultó aún mayor, cuando entendió que aquí preferimos obviar a diario que tendremos un último día para sobrellevar la certeza de que eso vendrá.

En la cosmovisión melmaciana la muerte ocurre como un evento casi sin conexión con el recorrido, una imposición temporal y no causal pero en nuestro mundo la muerte, aún negada, es un paso es un recorrido.

En ese recorrido, acciones voluntarias, involuntarias y el contexto, desencadenan acontecimientos que construyen una cadena causal.

Esa cadena causal y la medida de sus tiempos es neurótica e invisibilizante. Medimos el tiempo en vueltas al sol, le ponemos a los días nombres que se repiten y como pedimos pizza una vez por semana, pensamos que los viernes son todos la misma cosa. Y así escondemos el final de las cosas comiendo empanadas.

Asi las cosas, no sabemos si ese café con leche será el último de la vida.

No sé si quiero saber en qué momento me voy a morir. Me alcanza con hacerlo cuando haya logrado hacer lo que Obi Wan Kenobi hizo por Luke Skywalker.

Sin embargo y, en ese mismo sentido, a veces me gustaría saber que tan cerca estoy de lograrlo advirtiendo cuando estoy haciendo algo por última vez.

En el último lustro, la cadena causal o casual, me puso cinco noches a la semana en la esquina del colegio esperando a mi hija. Ha sido arduo. Pero ha sido un viaje. Nuestro viaje. En realidad, su viaje.

He tenido, en estos años, las mas importantes conversaciones de mi vida mientras manejaba hacia casa.

Entre recuperatorios y exámenes la rutina se rompió hace unos días cuando terminó la cursada pero tengo esperanzas de poder ir una vez más a la salida de algún exámen sabiendo, claro, que esa será la última vez para no olvidarme nunca.

No sé que te pasa cuando te llegan tus seiscientos años, pero me gusta pensar en esto:

En 1998 vi en el cine Wandafuru Raifu.  que en japonés, vaya uno a saber que quiere decir. Acá le pusieron After Life.

En esta película los muertos van a una especie de oficina de admisión en la que eligen un momento de su vida. Los empleados de este limbo producen y filman ese momento de la vida con el protagonista volviendo a actuarla. En el momento en que esa filmación sea proyectada, la persona que la elige quedará suspendida en ese instante por toda la eternidad.

Eso es un cielo y yo ya sé que escena quiero filmar.

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